La pérdida de dientes es un evento que genera molestias en varios frentes: estéticamente nos priva de la posibilidad de sonreír libremente además de cambiar nuestra fisonomía (cuando se cae un diente, el hueso maxilar que lo soportaba tiende a reabsorber líquidos provocando una desecación de la cara y haciéndonos parecer mayores); prácticamente provoca la aparición de problemas de masticación que a su vez pueden favorecer el desarrollo de patologías que debilitarán la arcada dentaria1 .

Por lo tanto, evitar la pérdida de dientes es muy importante para nuestra salud psicofísica y una evaluación constante del bienestar de nuestros dientes es esencial.

¿Por qué se caen los dientes?

Si la pérdida de dientes se produce entre los 5 y los 13 años no hay por qué alarmarse, porque es la sustitución natural de los dientes de leche por la dentición adulta la que será definitiva.

Hay muchas razones por las que los dientes pueden caerse: un accidente, una enfermedad, una mala higiene bucal, el tabaquismo o una mala alimentación son solo algunos de los factores que pueden incidir en la pérdida de dientes.

En general podemos decir que la mala higiene es la causa principal de la perturbaciónlos alimentos con alto contenido de azúcar, la falta de vitaminas y el tabaquismo son sin duda factores de riesgo, pero cuando se combinan con un mal cuidado bucal, la aparición de problemas es casi inevitable.

La boca es la primera parte del sistema digestivo y los dientes son una herramienta muy importante. A través de los alimentos importamos multitud de bacterias que, si encuentran un entorno propicio, proliferan atacando el esmalte dental y provocando caries que pueden dañar la raíz y por tanto provocar la pérdida del diente. Asimismo, la periodontitis y la gingivitis debilitan los soportes naturales de los dientes, exponiéndolos al riesgo de caída prematura.

Los principales factores que provocan la pérdida de dientes son por tanto:

  • Mala higiene
  • alimentación incorrecta
  • trauma
  • fumar
  • trastornos o enfermedades autoinmunes

Cómo ayudar a nuestra sonrisa

La consigna cuando se trata de la salud dental es la prevención . Tal vez no podamos hacer mucho para prevenir el trauma de una caída, pero para todo lo demás tenemos que hacer nuestra parte, empezando por la nutrición .

La saliva juega un papel importante al contrastar el pH ácido de la boca y crear un ambiente desfavorable para la proliferación bacteriana; la deficiencia de vitamina C reduce la cantidad de saliva y, en consecuencia, su acción defensiva.

Los alimentos ricos en azúcares son auténticos enemigos de los dientes : eliminarlos por completo es casi imposible, pero reducir sus cantidades y, sobre todo, usar el cepillo de dientes después de consumirlos es una práctica que debería ser habitual.

Fumar es uno de los factores de riesgo más influyentes en la salud dental: aumenta la formación de placa que afecta al diente y forma un sustrato ideal para el crecimiento bacteriano. El consejo es eliminar los cigarrillos, puros y pipas de los hábitos, pero reducir a no más de tres cigarrillos al día con una dieta específica y una limpieza constante de los dientes puede considerarse un buen resultado.

Estas son las atenciones que podemos hacer todos los días para garantizar una larga vida a nuestra sonrisa, pero también podemos pedir ayuda a los expertos: una visita y limpieza dental por un especialista un par de veces al año nos permitirá mantener nuestra salud bajo control dientes y correr a reparar antes de que el daño se vuelva irreversible.

Aquí hay algunos buenos hábitos a adoptar para salvar nuestros dientes:

  • alimentación correcta (rica en vitamina C y baja en azúcar)
  • dejar de fumar o reducir
  • chequeos periódicos
  • cepillarse los dientes después de cada comida

Sin embargo, si el diente se cae, la solución podría ser un implante dental ( como los realizados por el Dr. Olgiati en su consultorio dental en Busto Arsizio ) que consiste en insertar una prótesis artificial en el hueso mandibular. Hoy se garantizan resultados impecables y el uso de materiales, como el titanio, que dificultan el trabajo de las bacterias en la cavidad bucal; pero recordemos que la prevención aún puede evitar molestias.

Bibliografía

  1. Hildebrand C, Fried K, Tuisku F, Johansson CS. Dientes y nervios dentales. Prog. Neurobiol. 1995 febrero; 45 (3): 165-222. doi: 10.1016/0301-0082(94)00045-j. PMID: 7777672 .

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